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Un orgasmo es lo que pasa normalmente cuando llegas a la parte más intensa de la excitación sexual. Normalmente se siente muy bien. Cuando tienes un orgasmo (llegas o te vienes), la tensión sexual sube hasta que llega a su punto más alto y ahí es cuando se libera la presión de tu cuerpo y genitales.
El cuerpo de cada persona es diferente, pero hay algunos signos físicos que ocurren cuando tienes un orgasmo. El signo más evidente es cuando hay una sensación de placer muy intensa en los genitales y en todo el cuerpo. Los músculos de la vagina o el pene, así como los del ano, se contraen (aprietan) aproximadamente 1 vez por segundo, y entre 5 y 8 veces. La frecuencia cardíaca (latidos del corazón) y la respiración también aumentan.
Durante un orgasmo, su pene normalmente expulsa un pequeño chorro de semen (1-2 cucharadas) (mecos), esto se llama eyaculación. Es posible tener un orgasmo sin eyacular o eyacular sin tener un orgasmo, pero generalmente los dos ocurren al mismo tiempo.
Es normal que tu vagina se moje mucho antes y durante el orgasmo. También es posible que un fluido diferente salga de tu vulva antes o durante el orgasmo (a veces llamado eyaculación femenina o “squirting” en inglés). Este líquido no es orina. La eyaculación de la vulva es menos común que la eyaculación del pene, le sucede a algunas personas ya otras no, y ambas son completamente normales.
Inmediatamente después de un orgasmo, su clítoris o glande (la cabeza de su pene) pueden ser muy sensibles o incómodos al tacto. También puede tener sofocos sexuales, que son cuando el pecho, el cuello y la cara se ponen rojos por un corto tiempo. Un orgasmo provoca la liberación de endorfinas (las hormonas que te hacen sentir bien), por lo que puedes sentirte somnoliento, relajado y feliz después de tener uno. Es por eso que algunas personas tienen orgasmos para aliviar el dolor, aliviar el estrés o ayudarlos a dormir.
Cada persona experimenta los orgasmos de manera diferente, y cada vez que tienes uno también se siente diferente. Algunos son muy intensos, algunos son muy suaves y otros no son ni muy suaves ni muy intensos. Los orgasmos varían por muchas razones, incluyendo qué tan cómodo te sientes, qué tan excitado te sientes y cuánta tensión sexual has acumulado antes del orgasmo.
¿Cómo sé si tuve un orgasmo? En primer lugar, pregúntate: ¿sentí placer? Si la respuesta es no, no hay orgasmo, amigo mío. Si la respuesta es sí, sepa que el placer, y no el orgasmo, es el objetivo final durante el sexo Dicho esto, tiene sentido tener curiosidad por los hechizos que ocurren entre la vulva y la vagina. Por lo tanto, aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte a averiguar si has tenido o vas a tener un orgasmo:
ESCUCHA TU CUERPO: cuando alcanzamos el orgasmo, nuestros músculos se contraen (¡vea los del suelo pélvico!), el cuerpo se vuelve más tenso y sensible, la respiración es más rápida, los latidos del corazón se aceleran y nos sentimos físicamente calientes: ¡cada parte de ti quiere darte las gracias por hacerlo sentir bien!
OLVIDA EL PORNO: A veces el placer es más poderoso y a veces más suave. Cada orgasmo es diferente y se experimenta de manera diferente, e incluso si lo has sentido menos de lo habitual, sigue siendo un orgasmo. Si sientes que te perdiste algo, de todos modos, ¡puedes empezar de nuevo!
DEJA IR: Una vez que hayas terminado, es muy probable que te sientas en paz y que tu cuerpo y tu mente se relajen; es una sensación de liberación, como si hubieras completado algo. Todo esto se llamaclimax, y es un poco como volver de un fin de semana en el spa
La mayoría de los orgasmos suceden durante la masturbación o el sexo (como el sexo oral, anal o sexo vaginal), cuando tu o una pareja estimula (toca o frota) tus genitales. Las personas que tienen vulva usualmente tienen orgasmos cuando estimulan su clítoris, vagina y/o ano. Las personas que tienen pene, usualmente tienen orgasmos cuando estimulan su pene, sus testículos y/o ano. Algunas personas pueden llegar a orgasmos estimulando sus pezones, o incluso solamente teniendo pensamientos sexuales.
Muchas cosas pueden afectar tu capacidad de tener orgasmos, como tus hormonas, emociones, experiencias, creencias, estilo de vida, relaciones, tu salud física o mental, tomar ciertos medicamentos y consumir alcohol o drogas.
Algunas personas pueden tener orgasmos rápido y fácil, pero otras necesitan más tiempo y esfuerzo. Es posible que puedas llegar al orgasmo en algunas ocasiones pero no en otras, dependiendo de con quién estás y qué estás haciendo. Todos los cuerpos son diferentes y no existe una manera “correcta” de llegar a un orgasmo.
Algunas personas necesitan estimulación en ciertas partes de su cuerpo de una manera particular o con ciertos objetos (como vibradores) para llegar a un orgasmo. Muchas personas que tienen vulva, tienen orgasmos si estimulan su clítoris, pero no con penetración en su vagina. Otras simplemente no pueden llegar a un orgasmo estimulando su vagina. Todas estas diferencias son normales. Aprender cómo llegar a un orgasmo puede tomar tiempo y práctica. Experimentar con lo que se siente bien puede ayudarte a conocer tu cuerpo y a saber qué te gusta.
Trata de no presionarte a ti, ni a tu pareja, para tener orgasmos. No todo el mundo puede llegar a orgasmos durante el sexo o cuando están con otras personas. A veces las circunstancias simplemente no ayudan (por ejemplo, sientes nervios, cansancio o distracción). Algunas personas no pueden tener orgasmos nunca. Si tú y/o tu pareja no pueden llegar, no quiere decir que no se gusten o que son malos en el sexo. El sexo y la masturbación pueden ser algo íntimo y divertido, y se pueden disfrutar con o sin orgasmos. Si tienes dificultades para tener orgasmos y esto te preocupa, puede que tengas disfunción orgásmica. Es bastante común y hay tratamientos para esto.
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